Los Cazzi Amari son una banda de rock, o por lo menos lo intentan. Hoy se confiesan en PIC-NIC, ya que tienen vetada la entrada a otros templos. A continuación, su, de momento, breve historia...
Cazzi Amari se forma, “sin ninguna pretensión”, en el otoño de 2011 a partir de la colaboración musical entre Mattia, Piero y Ruben, que son respectivamente guitarra, bajo y voz de la line-up. No será hasta enero de 2012 que la formación se completará con la llegada de Fernando a la batería.
Inicialmente la banda no tiene otra aspiración que intentar tocar decentemente alguna versión de rock, pero ya la elección de las piezas a versionar es algo problemático, dada la extrema heterogeneidad de los respectivos background musicales...
Cazzi Amari se forma, “sin ninguna pretensión”, en el otoño de 2011 a partir de la colaboración musical entre Mattia, Piero y Ruben, que son respectivamente guitarra, bajo y voz de la line-up. No será hasta enero de 2012 que la formación se completará con la llegada de Fernando a la batería.
Inicialmente la banda no tiene otra aspiración que intentar tocar decentemente alguna versión de rock, pero ya la elección de las piezas a versionar es algo problemático, dada la extrema heterogeneidad de los respectivos background musicales...
Cuando el primer obstáculo del “conseguir llegar todos al final de una canción” es superado, los Cazzi organizan su concierto de debut, que tendrá lugar en marzo 2012. La banda se exhibe, frente a un público de amigos y conocidos, en ese mismo salón donde meses antes habían empezado sus ensayos. Todavía hoy en día se sorprenden de la tolerancia de los vecinos que, aquella noche, no llamaron a la policía, aún teniendo razones más que legitimas para hacerlo…
Este “bautismo del fuego” musical, si bien anecdótico en cuanto a público y alcance, les sirve a los Cazzi para empezar a perderle el miedo (y la vergüenza) al escenario y aprender a gestionar todo un espectáculo musical al que no paran de añadirse canciones. Gracias a una serie de circunstancias fortuitas, en la primavera de 2012 los Cazzi empiezan a dar varios conciertos para pequeños acontecimientos (fiestas de cumpleaños y alrededores) que los llevaran a pisar los escenarios de locales madrileños cómo la cervecería O’Connors, el pijísimo “Hoyo 19” o el incombustible “Barbú”.
Este “bautismo del fuego” musical, si bien anecdótico en cuanto a público y alcance, les sirve a los Cazzi para empezar a perderle el miedo (y la vergüenza) al escenario y aprender a gestionar todo un espectáculo musical al que no paran de añadirse canciones. Gracias a una serie de circunstancias fortuitas, en la primavera de 2012 los Cazzi empiezan a dar varios conciertos para pequeños acontecimientos (fiestas de cumpleaños y alrededores) que los llevaran a pisar los escenarios de locales madrileños cómo la cervecería O’Connors, el pijísimo “Hoyo 19” o el incombustible “Barbú”.
El 2013 inaugura una nueva etapa para los Cazzi en dos frentes: empiezan tímidamente a escribir sus propias canciones y se ofrecen por primera vez a un público totalmente ajeno, apostando por la fórmula de los conciertos solidarios (conciertos no retribuidos que se dan en apoyo a diferentes causas sociales), que darán a lo largo de toda la primavera en escenarios tan diversos como Las Navas de Buitrago, el Circulo de Bellas Artes y el Caixaforum de Madrid.
En la actualidad (otoño 2013) los Cazzi se encuentran inmersos en una fase totalmente creativa: acantonados de momentos los conciertos y el repertorio de versiones, se están centrando en ensayar y seguir arreglando sus propias piezas (tienen ahora 5 en activo), sin perder ocasión de generar nuevos “apuntes musicales” a través de breves y repentinas sesiones de improvisación.
La banda espera poder presentar su trabajo original en un concierto para Navidades o Año Nuevo, así que… ¡Ojo al parche!
En la actualidad (otoño 2013) los Cazzi se encuentran inmersos en una fase totalmente creativa: acantonados de momentos los conciertos y el repertorio de versiones, se están centrando en ensayar y seguir arreglando sus propias piezas (tienen ahora 5 en activo), sin perder ocasión de generar nuevos “apuntes musicales” a través de breves y repentinas sesiones de improvisación.
La banda espera poder presentar su trabajo original en un concierto para Navidades o Año Nuevo, así que… ¡Ojo al parche!
confesiones...
Piero: bajista, compositor, manager autoproclamado, perro rabioso… He empezado a tocar el bajo con 16 años cuando, junto a mi mejor amigo de la época, decidimos formar nuestro primer grupo, pretenciosamente llamado los “Ethica”. Al bajo llegué por pura exclusión: el amigo ya tenía guitarra y por tanto dije: “venga, del bajo me hago cargo yo”. Pero esa elección, totalmente azarosa, se ha revelado más tarde una grata sorpresa, ya que es este un instrumento que quiero mucho y con el que de alguna manera me identifico, aunque no me considere ningún virtuoso: la mayoría de las veces no sé muy bien qué es lo que estoy haciendo mientras lo toco! La vida de ese primer grupo fue relativamente breve y tormentosa: muy a nuestro pesar, nunca llegamos a pisar un escenario. En los años de la universidad seguí tocando ocasionalmente con otros grupos de amigos siendo los “Spritz Lang”, una banda de mi pueblo, el experimento más memorable y divertido de aquella etapa. Después de mudarme hace 10 años a España acabé aparcando casi totalmente la música, hasta que no surgieron hace dos años los Cazzi Amari. La razón de mi parón fue en realidad sencilla: a mí lo que de verdad me gusta es tocar en grupo y estar en un grupo. Si bien me gusta mucho componer, tocar en solitario a la larga me aburre, si no vislumbro al final un proyecto colectivo, que por suerte ahora existe. |
A los Cazzi, musicalmente intento aportar (con éxito muy variable…) mi supuesto sentido del ritmo, del contraste, y de la “disonancia armónica”. A esto se añaden en otro plano mi disciplina y auto-exigencia, y unas cuantas broncas que suelto gracias a mi carácter extremadamente paciente y conciliador… Gracias a los Cazzi he tenido la ocasión de volver a hacer dos de las cosas que más me gustan: tocar en directo y, ahora, intentar componer buena música. ¡Ojalá dure! |
Gianmattia: guitarra y púa Me cuesta hablar de mí, intento decir cosas de mí y del mundo que me rodea tocando y escribiendo… soy un desadaptado, musicalmente hablando y no sólo, en el sentido que no me reconozco en ninguna definición y me encantaría que los Cazzi consiguieran no entrar en ninguna definición, en ninguna casilla… ¿Hacemos Pop? Puede que sí, pero a nuestra manera. Hubo un tiempo que intentamos hacer cosas más normales, pero no nos salían. Mas que intentar hacer un tipo de música, la nuestra quiere ser una lucha contra las obviedades, así como contra la búsqueda de originalidad a toda costa! Queremos ser “rockeros con pantuflas”…pero no por marcar un estilo, ni porque seamos mejores o originales, o interesantes, sino porque, por los menos a mí, me gusta estar cómodo, tocar sin rumbo, dejando que la guitarra me toque a mí, más que yo a ella… y por el momento, como por milagro, algo sigue saliendo de las cuerdas interiores… |
Fernando: batería, técnico de sonido, aspirante bajista, pesimista profesional… Dicen de él… Cuenta la leyenda que Fernando empezó a ocuparse de percusiones en muy temprana edad cuando, todavía en la cuna, en lugar de chuparse el dedo daba la tabarra a los padres golpeándose la cabeza con el biberón para así hacer sus primeras exploraciones rítmicas (y ahondar su daño cerebral...) Discreto, esquivo, realmente se expresa más cuando puede aporrear sin piedad la batería, donde es incontenible en su vehemencia juvenil. Si bien los compañeros a veces critican su estilo, tachándolo de vagamente “cacerolista”, lo cierto es que es un atento investigador del ritmo y del compás, y un perseguidor incansable del swing…un metrónomo humano. Sin embargo, menos preciso es Fer en la anotación de los días de ensayo: así es cómo unas veces aparece un día antes de la quedada, otras veces un día después…en fin, le gusta sorprendernos! |
Por último, no se puede no mencionar el proverbial catastrofismo de Fer, que contrasta mucho con su joven edad. Normalmente acude a los ensayos con un aire entre lo aburrido y lo disgustado, no escatima en soltar comentarios demoledores a la hora de juzgar el trabajo del grupo, y de entrada dirá siempre que “no!” a cualquier planteamiento posibilista. Pero, a pesar de todo, parece que en el fondo se lo pasa bien con los Cazzi …eso, o que le va la marcha! |
Rubén: voz y guitarra rítmica Lo mas curioso es que Rubén no quiso decir nada sobre él… A lo mejor prefirió dejar que otros lo hicieran. Lo que se puede decir en poco espacio no es mucho... Lo más característico es que cada vez que acaba una canción, Rubén suelta una carcajada…a veces sonora, a veces interior. Para los otros componentes del grupo, la carcajada de Rubén (también cuando no la hace) significa que una canción ha acabado y va a empezar otra. |
Rubén disfruta estando en el escenario. Mientras que Fernando le pega con mala leche a la batería, Mattia parece un condenado que sube al patíbulo y Piero un obseso que pega saltos para despegar del suelo, Rubén simplemente está en su salsa, cómodo, disfruta, y hasta se relaja…ese es el secreto de su misteriosa carcajada final… |