L.P.: ¿En qué punto de tu carrera consideras qué estás? J.A.: Siempre pienso que estoy en el inicio... jajajajaja. Cada nuevo proyecto, cada nueva idea es un comienzo. Y esta profesión está llena de altibajos. Pero, lo cierto es que ahora siento que estoy entrando en un periodo de madurez en el que tengo más claro qué es lo que quiero contar y cómo quiero contarlo. No es que forme parte de un proceso intelectual, sino de una confianza en mí, producto seguramente de todo el recorrido hecho. No siento menos miedos, sino que ahora me atrevo a enfrentarlos. Decir lo que siento que tengo que decir sin buscar aprobación. Eso alivia mucho. | Jesús S. Amate es el autor del texto de la obra teatral Mi Novio es Gay. Interpreta además el papel de uno de los dos novios que componen la pareja protagonista de esta obra. Jesús es un motor de inyección con energía de largo recorrido. Un corredor de fondo que tiene ya una larga trayectoria en el mundo de las artes escénicas, tanto como actor como director de su propia compañía. |
L.P.: ¿Actor, director, productor…. Cuál de estos roles te hace sentir más completo o con cuál te identificas más? J.A.: El de productor... es por pura necesidad. Sin ese rol nada de lo demás puede funcionar. De momento me toca hacerlo y lo bueno que tiene es la libertad que da. Pero estoy aún muy pez... Con el de actor me siento mucho más cómodo, es el que manejo más, y la experiencia de estar sobre un escenario para mí no tiene palabras. Es mi medio. Los recursos fluyen y las ganas de aprender también. Si tuviera que quedarme con alguno, partiendo de que disfruto con todos, sería con este con el que me quedaría. Dirigir es excitante. Me siento creador como si fuera un pintor o escultor. Hay que ir dando forma a la obra, y no siempre sale como uno tenía planeado. Hay que contar con los materiales, humanos y físicos (económicos, de tiempo, espacios...) y condicionan bastante, aunque para eso está el ingenio. Pero de momento me frustra más fallar como actor que como director, y el gozo de acertar también es mayor. El rol que ahora me divierte más es el de dramaturgo. |
Crear historias con sentido y decir lo que quieres decir como quieres decirlo es fascinante. Tras Mi novio es gay estrené Mary Poppins no existe, thriller de salón con bastante aceptación también por parte del público y ya tengo salida del horno No se puede mirar. Historias de bolsillo esperando ser puesta en pie. Pienso continuar escribiendo.
Otra escena de la representación L.P.: Mi Novio es Gay es una comedia refrescante que aborda cuestiones universales como la infidelidad, las expectativas sentimentales, el sexo,… situadas en el contexto de una pareja homosexual. ¿Crees que el hecho de que una pareja gay sea la protagonista proporciona un punto de vista nuevo sobre estas cuestiones?
J.A.: Más que un punto nuevo sobre las cuestiones en sí, creo que sobre las formas de cuestionarlas. Los tiempos han cambiado y las formas de entender estas cuestiones también. Según cuentan las leyendas urbanas, antes las parejas gays querían ser como las heterosexuales, pero parece que ahora es al revés, como si fuéramos distintos!!! Aunque para mí, escuchar de una señora mayor después de la función que “ahora entiende que una pareja gay es igual que las demás” tiene mucho valor. El mundo está formado por una multitud de minorías (y no necesariamente en número) en continuo proceso de normalización. Si esta obra ha contribuido a ello, aunque sólo sea con una persona, para mí cobra sentido todo el esfuerzo realizado.
Resulta muy liberador presenciar cómo en la obra se abordan con tanta gracia “lugares comunes” atribuidos a los homosexuales, como los encuentros fugaces en lugares públicos o un mayor grado de promiscuidad… Al mismo tiempo se refleja también la diversidad real dentro de este colectivo y cómo no todos se sienten atraídos por las mismas cosas ¿Hay una intencionalidad por parte del texto en dejar claro que antes de ninguna otra categorización social somos personas y como tal, infinitamente diversas?
Sí, la hay. Somos infinitamente diversos y desde la obra no se pretende juzgar ninguna forma de vivir cada uno su vida, y en concreto la sexual. Independientemente de nuestra tendencia, independientemente de cómo vivamos, todos y todas somos seres humanos y tenemos nuestros sentimientos. Como tales buscamos la felicidad. Lo que sí creo es que en esa búsqueda hay conductas que lejos de proporcionarnos la felicidad nos alejan. En algunas ocasiones son conductas imitadas, que son seguidas por una mayoría, y si no participas te quedas fuera de juego. Creo que corremos el riesgo de ser víctimas de nuestros propios clichés como colectivo. También, aunque suene pretencioso, es una invitación a que cada cual sea valiente en vivir según sus propias creencias y valores. Pero esto pasa tanto a gays como heterosexuales, por eso incluí la escena con la amiga con su peculiar ventana indiscreta, o más bien discreta. Aquí no se salva nadie! Jajajajajaja. Pienso que el ser humano busca muchas formas de escapar, y decidir ser feliz requiere de valentía. Creo que muchas de nuestras acciones buscan tapar un sentimiento de vacío que siempre estará ahí hasta que no nos decidamos a enfrentarlo.
(foto de Elena Martín Barce) J.A.: Más que un punto nuevo sobre las cuestiones en sí, creo que sobre las formas de cuestionarlas. Los tiempos han cambiado y las formas de entender estas cuestiones también. Según cuentan las leyendas urbanas, antes las parejas gays querían ser como las heterosexuales, pero parece que ahora es al revés, como si fuéramos distintos!!! Aunque para mí, escuchar de una señora mayor después de la función que “ahora entiende que una pareja gay es igual que las demás” tiene mucho valor. El mundo está formado por una multitud de minorías (y no necesariamente en número) en continuo proceso de normalización. Si esta obra ha contribuido a ello, aunque sólo sea con una persona, para mí cobra sentido todo el esfuerzo realizado.
Resulta muy liberador presenciar cómo en la obra se abordan con tanta gracia “lugares comunes” atribuidos a los homosexuales, como los encuentros fugaces en lugares públicos o un mayor grado de promiscuidad… Al mismo tiempo se refleja también la diversidad real dentro de este colectivo y cómo no todos se sienten atraídos por las mismas cosas ¿Hay una intencionalidad por parte del texto en dejar claro que antes de ninguna otra categorización social somos personas y como tal, infinitamente diversas?
Sí, la hay. Somos infinitamente diversos y desde la obra no se pretende juzgar ninguna forma de vivir cada uno su vida, y en concreto la sexual. Independientemente de nuestra tendencia, independientemente de cómo vivamos, todos y todas somos seres humanos y tenemos nuestros sentimientos. Como tales buscamos la felicidad. Lo que sí creo es que en esa búsqueda hay conductas que lejos de proporcionarnos la felicidad nos alejan. En algunas ocasiones son conductas imitadas, que son seguidas por una mayoría, y si no participas te quedas fuera de juego. Creo que corremos el riesgo de ser víctimas de nuestros propios clichés como colectivo. También, aunque suene pretencioso, es una invitación a que cada cual sea valiente en vivir según sus propias creencias y valores. Pero esto pasa tanto a gays como heterosexuales, por eso incluí la escena con la amiga con su peculiar ventana indiscreta, o más bien discreta. Aquí no se salva nadie! Jajajajajaja. Pienso que el ser humano busca muchas formas de escapar, y decidir ser feliz requiere de valentía. Creo que muchas de nuestras acciones buscan tapar un sentimiento de vacío que siempre estará ahí hasta que no nos decidamos a enfrentarlo.
L.P.: La inseguridad, el miedo al compromiso, los universos paralelos que pueden coexistir dentro de una pareja… quedan muy bien reflejados a lo largo de la obra. Sin embargo, el desenlace final abre de nuevo la puerta a la esperanza. ¿Somos los seres humanos seres abocados al “vamos a intentarlo”?
J.A.: No sé... En un principio el final de la obra iba a ser otro, para mí más realista o por lo menos más común según lo que conozco. Pero después pensé que había que dar una esperanza: que sucedan cosas bonitas también es posible. Querer y ser queridos en este caso, pero en otros terrenos también. Si no empezamos a pensar que es posible nunca ocurrirán. Y para que ocurran primero hay que intentarlo. Para vivir una “vida de película” tenemos que dar el paso nosotros. Sino siempre nos quedaremos tumbados en el sofá viendo las vidas ajenas y añorando la nuestra. Así que, por lo menos, vamos a intentarlo.
L.P.: Con una escenografía sencillísima y la incorporación de elementos audiovisuales que dotan a la representación de una nueva dimensión espacio-temporal, el peso narrativo recae por completo en los dos actores. ¿Has tomado alguna referencia teatral o cinematográfica previa para la construcción de los personajes?
J.A.: Conscientemente no... pero recuerdo que mientras la escribía se me venían a la mente escenas de una película de Hitchcok, Vértigo creo que se llama, donde había muchas escenas oníricas. La obra tiene bastante de onírico y el audiovisual permite mucho ese juego. Para mí es un personaje más sin el que la obra no se puede representar. De todas formas sí creo que en este momento el público está acostumbrado a unos estímulos muy potentes que dan el cine y la televisión, y de alguna forma el teatro tiene que estar a la altura, sin perder su poética. Pero, en producciones pequeñas es una lucha y hay que tirar de creatividad y talento. Las grandes producciones lo tienen más fácil, creo. Cuando cuente con esos medios lo sabré... jajajajajaja.
J.A.: No sé... En un principio el final de la obra iba a ser otro, para mí más realista o por lo menos más común según lo que conozco. Pero después pensé que había que dar una esperanza: que sucedan cosas bonitas también es posible. Querer y ser queridos en este caso, pero en otros terrenos también. Si no empezamos a pensar que es posible nunca ocurrirán. Y para que ocurran primero hay que intentarlo. Para vivir una “vida de película” tenemos que dar el paso nosotros. Sino siempre nos quedaremos tumbados en el sofá viendo las vidas ajenas y añorando la nuestra. Así que, por lo menos, vamos a intentarlo.
L.P.: Con una escenografía sencillísima y la incorporación de elementos audiovisuales que dotan a la representación de una nueva dimensión espacio-temporal, el peso narrativo recae por completo en los dos actores. ¿Has tomado alguna referencia teatral o cinematográfica previa para la construcción de los personajes?
J.A.: Conscientemente no... pero recuerdo que mientras la escribía se me venían a la mente escenas de una película de Hitchcok, Vértigo creo que se llama, donde había muchas escenas oníricas. La obra tiene bastante de onírico y el audiovisual permite mucho ese juego. Para mí es un personaje más sin el que la obra no se puede representar. De todas formas sí creo que en este momento el público está acostumbrado a unos estímulos muy potentes que dan el cine y la televisión, y de alguna forma el teatro tiene que estar a la altura, sin perder su poética. Pero, en producciones pequeñas es una lucha y hay que tirar de creatividad y talento. Las grandes producciones lo tienen más fácil, creo. Cuando cuente con esos medios lo sabré... jajajajajaja.
L.P.: Mi Novio es Gay acudirá al Festival ACTUA de Zaragoza. ¿Qué vida teatral crees que le espera a Mi Novio es Gay? J.A.: ACTUA será el tercer festival en el que participaremos. Yo creo que es una buena obra para festivales. Me encantaría poder acceder a festivales internacionales también, pero tendré que ilustrarme en el mundo de la distribución... jajajajaja. La experiencia es que toca a todo el mundo (o casi todo). Me refiero a que no es una obra exclusiva para público gay. Una amiga comentaba “es la primera obra gay que veo que a mí también me toca, que siento que habla de mí”. Esto no quiere decir que sea la única, pero para mí es una satisfacción poder escuchar esto. Siento que hay mucho público aún en Madrid para esta obra. Con el Festival ACTUA de Zaragoza será la primera vez que salga fuera de Madrid. Estoy ansioso por ver la reacción del público y ver cómo vive fuera de Madrid. |
L.P.: Desde que el mundo es mundo se ha dicho del teatro que está en crisis, sin embargo surgen multitud de iniciativas independientes que renuevan el panorama teatral con propuestas frescas e interesantes. ¿Al final va a ser verdad eso de que la necesidad agudiza el ingenio?
J.A.: Sí, porque el que es creador no puede quedarse en su casa esperando a que le llamen. Están surgiendo nuevos formatos muy interesantes. Antes si el espacio no recurría una serie de necesidades no se tenía en cuenta. Ahora es al revés: “Este es el espacio del que dispongo, qué puedo hacer con él?” Se está empezando a hacer teatro en casas e incluso teatro a la gorra, cosas impensables en Madrid hasta hace poco. Incluso hay festivales, como el Fringe en Madrid, que promueve precisamente esto: nuevos espacios y romper con lo establecido. Pero corremos un riesgo, y es que se hacen espectáculos con corta vida. Muchas salas programan por un espacio de tiempo muy breve y no aceptan obras ya estrenadas. Siento que falta confianza en los espectáculos, que cuando se corre la voz ya te tienes que ir y hay que volver a empezar. Pero está surgiendo un movimiento muy bueno donde “las clases” están desapareciendo y el ingenio avanza. Lástima no contar con la ayuda de las autoridades. A la falta de recursos económicos se suma al atropello constante por parte de estas autoridades. Según aparecen nuevos espacios, cierran otros por requerimientos imposibles de cumplir. Parece que fuéramos enemigos, pero nos necesitamos todos! Sin embargo el teatro siempre va a existir. Es una necesidad del hombre y la historia lo demuestra.
J.A.: Sí, porque el que es creador no puede quedarse en su casa esperando a que le llamen. Están surgiendo nuevos formatos muy interesantes. Antes si el espacio no recurría una serie de necesidades no se tenía en cuenta. Ahora es al revés: “Este es el espacio del que dispongo, qué puedo hacer con él?” Se está empezando a hacer teatro en casas e incluso teatro a la gorra, cosas impensables en Madrid hasta hace poco. Incluso hay festivales, como el Fringe en Madrid, que promueve precisamente esto: nuevos espacios y romper con lo establecido. Pero corremos un riesgo, y es que se hacen espectáculos con corta vida. Muchas salas programan por un espacio de tiempo muy breve y no aceptan obras ya estrenadas. Siento que falta confianza en los espectáculos, que cuando se corre la voz ya te tienes que ir y hay que volver a empezar. Pero está surgiendo un movimiento muy bueno donde “las clases” están desapareciendo y el ingenio avanza. Lástima no contar con la ayuda de las autoridades. A la falta de recursos económicos se suma al atropello constante por parte de estas autoridades. Según aparecen nuevos espacios, cierran otros por requerimientos imposibles de cumplir. Parece que fuéramos enemigos, pero nos necesitamos todos! Sin embargo el teatro siempre va a existir. Es una necesidad del hombre y la historia lo demuestra.
L.P.: Muchas gracias Jesús!! Te deseamos muchos éxitos a ti y a tu novio gay ;)
J.A.: jajajajajajaja... Muchísimas gracias a vosotros!!! Un placer.
J.A.: jajajajajajaja... Muchísimas gracias a vosotros!!! Un placer.